jueves, 15 de octubre de 2009

The Angel From My Nightmare ♫

Al fin, dejaré el post drama de Mischa después de como dos meses de escribirlo ._.

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La noche debilita los corazones.
-¡Oliver!.

Un grito ahogado, Uno que tenía como dueña a una chica, ahora sentada en una cama. Con la respiración entrecortada pero a la vez acelerada, parecía que se asfixiaba, pero no, la muerte no le daría esa satisfacción, pues ella debía seguir aunque doliera, porque claro que dolía, y la vida sabía que cada vez que una lágrima recorría la mejilla de la chica, aquello solo podía significar una cosa: Sufro, sufro como nadie sobre la tierra.
El cabello revuelto caía por sus hombros mientras una fina película de sudor decoraba su frente y sus mejillas, como no, hervían.

Una pesadilla, eso era lo que había ocurrido, aunque el sueño no podría definirse como pesadilla.
Un recuerdo, el sueño le recordaba a su hermano, imágenes de Oliver, de la vida que había tenido juntos. Pero a medida que avanzaba el sueño, éste ya no era un recuerdo, sino un olvido. El rostro de su hermano se tornaba borroso y mientras ella intentaba reconstruirlo de daba cuenta de que no sabía cómo hacerlo. Pues estaba olvidando. Aquello fue lo que la hizo despertar de lo que acabó siendo su pesadilla aquel día, y aunque ella no lo sabía, lo sería durante los meses venideros.

Se sentó en la cama y una horrible sensación, una especie de vértigo se apoderó de ella. La joven se había vuelto pálida, más de lo normal.
El día ya había llegado, la ventana lo delataba. La joven se levantó de la cama con dificultad y logró llegar hasta la sala de la casa un tanto agitada mientras intentaba llegar a su destino lo antes posible.
Una vez en la sala tomó la foto que tenía de Oliver y la observó, por un momento el miedo la atrapó entre sus acogedores brazos, a los que nadie podía resistirse, eso era lo peor del miedo, que cuando consigue acercarse, te entregas a él de una forma inexplicable, una que solamente logra que te sientas tan vulnerable que todo duele. Y aquel miedo logró atrapar a Mischa, al darse cuenta de que sí se había olvidado del rostro de su hermano.
Y al volver a ver los ojos de Oliver, el corazón de Mischa se tranquilizó, logrando latir con normalidad, aunque ella sabía que eso significaba que su corazón también había tenido miedo de no poder recordar.

Justo en ese momento su respiración aún acelerada le recordó que necesitaba aire.
Al abrir la puerta el viento se coló dentro de la casa rozando cada parte del cuerpo de la joven, logrando que se diera cuenta de que no se había cambiado, que continuaba en pijama, pero eso no le importó, lo único que quería hacer era mirar el retrato de Oliver y grabarlo en su mente.

Se sentó en el jardín que decoraba la entrada de su casa y después de pasar varios minutos con la mirada perdida sobre la foto, la dejó en el césped, a un lado y se abrazó a sus rodillas mientras unas lágrimas aprovechaban para salir y ver la luz.
-Te echo de menos- no podía mentir, entre ellos no había secretos, solamente quería que su hermano lo supiera, pues no dejaba de culparse después de haber acabado así con todo, después de que las últimas palabras que habían salido de su boca en el hospital fueran de rencor.